¿Eres de esas personas que se rinde al sueño a los minutos de haber posado la cabeza en el sofá? Somos muchos los que no podemos siquiera disfrutar de una película completa sin antes caer rendidos en los brazos de Morfeo, aunque esta práctica no siempre resulta saludable del todo. Si bien se trata de un mueble estéticamente atractivo y que al simple contacto se siente extremadamente cómodo, al corto plazo comenzaremos a notar que sufrimos de tensión muscular o incluso molestias en la zona lumbar si prolongamos demasiado este hábito de quedarnos dormidos en el sofá.
Claves, ventajas y desventajas de dormir en nuestro sofá
En el artículo de hoy les contamos cuales son los efectos que puede tener para nuestra salud quedarnos dormidos con demasiada frecuencia en el sofá, y cuáles son las claves para que podamos adquirir una buena superficie que nos garantice un buen confort para reducir estas consecuencias al mínimo posible.
Efectos en la salud de dormir en el sofá
No lo podemos evitar, echarse una siesta en el sofá suele ser muy tentador sobre todo mientras miramos una película luego de un largo día de trabajo o simplemente cuando nos encontramos disfrutando un fin de semana: lamentablemente no todo es color de rosa, ya que algunos sofás pueden tener consecuencias negativas en nuestra salud, y a corto plazo comenzaremos a notar molestias lumbares o musculares.
Cuando dormimos en el sofá, favorecemos que la mala postura genere no solo dolores lumbares y cervicales sino posibles hernias en dichas zonas. Por otro lado, enfermedades como las trombosis venosas se vuelven más frecuentes en quienes se duermen seguido en el sofá, siempre y cuando existiera riesgo previo en la persona. Finalmente, vale aclarar que este tipo de siestas esporádicas también pueden provocarnos insomnio y reducir nuestro rendimiento laboral.
Claves para evitar dolores de espalda en el sofá
Comencemos por algo básico: si quisiéramos adquirir un buen sofá, sería bueno que adquiriéramos una superficie cómoda y que además nos ayude a evitar cualquier molestia física. El material debe ser de calidad y que cuente con un hundimiento mínimo, ya que esto último favorece a la mala postura y a los dolores.
Las zonas que más se perjudican cuando dormimos en el sofá son la cabeza, el cuello y la espalda ya que nuestra columna pierde su línea recta natural; por otro lado, la espina dorsal también puede verse negativamente afectada.
Lo más importante para reducir los riesgos y las molestias al estar recostados sobre el sofá es tratar de mantener la espalda o la columna lo más recta posible. Adquiriendo este hábito, nos sentiremos más cómodos y eliminaremos cualquier molestia o tensión. El cuerpo debe estar relajado, y tratar de generar un buen balance entre el peso que le damos a la zona lumbar y a la cervical para no enviar tensión especifica a ninguna parte en particular.